Maduro deberá tomar decisiones rápidas, con Rusia como guardaespalda, si quiere contrarrestar la guerra económica impuesta por Washington.

 A pesar de que todavía no he logrado llevar este blog a muchas personas más en nuestra querida América Latina y otros puntos del planeta, me quiero permitir soñar y también, en esta ocasión, algún tipo de editorial por medio de este articulo.

 Debido a los desesperados ataques que los países de América Latina padecen del gran garrote del imperialismo anglosajón, con su guerra económica contra los pobres, es que los países sudamericanos que no siguen los preceptos de Washington, deberían asegurarse de entretejer lazos aún más fuertes con las potencias que tendrán la hegemonía económica y militar en el mundo: estas potencias son China y Rusia.

 Es necesario algún pacto militar, parecido a una nueva OTAN, pero de países del tercer mundo, para contrarrestar la influencia norteamericana en nuestra región y permitirse ser una potencia, en está unipolar aldea global. Rusia podría ser una de las principales firmantes, como preceptora de dicha Alianza latinoamericana, con el único fin de emancipar a los pueblos y defenderse del acorralamiento del enemigo.

 Ambas potencias están transitando por su mejor momento económico, desde la caída de la cortina de hierro a principios de los 90´s, con un crecimiento económico sin precedentes, pero sufriendo también una caída en dicho crecimiento, recién en esta última década.

 Sudamérica parece virar hacia la derecha y hacia los EE.UU. con las últimas elecciones en Argentina y Venezuela, pero debería seguir alineándose con Rusia y China, porque ambos serán como lo es actualmente EE.UU., pero con un matiz distinto: sin la mentirosa libertad de mercado que el capitalismo anglosajón vive pregonando, cuando bien se sabe que la ley de la selva rige en el actual sistema económico, siendo que el más grande se come siempre al más chico. En cambio, estas potencias mostrarían al mundo un sistema de cooperación y de asistencia, mediante una alianza político-militar entre los países necesitados de recursos y de una adecuada defensa militar. 


 Venezuela debería solicitar la tutela político-militar de Moscú, ante momentos de incertidumbre en nuestra América, con Caracas como uno de los objetivos más codiciado del águila imperialista. La decisión política la debe tomar Maduro. El plan de desestabilización de la derecha venezolana (con la venia del imperio), ya está dando sus primeros pasos en el país caribeño y en el resto de los países sudamericanos, para recuperar el poder para las corporaciones, a las cuales ellos obedecen como cipayos.

 La guerra económica de Washington es una de las armas más eficaces que tiene el imperialismo contra la integridad y la soberanía de los pueblos del mundo. 

La situación de la dura guerra económica y la dictadura del mercado contra el pueblo venezolano.

 Recientemente, en las elecciones legislativas en Venezuela, se pudo ver una estrepitosa derrota de la izquierda chavista de manos de la derecha cipaya de la zona más acaudalada de Caracas. Esta "derrota" de Maduro fue forzada por el boicot que hicieron empresas alimenticias venezolanas de importancia por su volumen, como Polar y Henze, para así forzar a varios sectores populares de Venezuela a votar al arco opositor.

  Es que los EE.UU. esta y estuvo jugando muy sucio durante los últimos años contra la población venezolana utilizando a la derecha traidora del propio país caribeño, para derrocar al revolucionario Hugo Chavez, primero con un golpe militar directo (2002), acto terrorista contra un gobierno constitucional que no tuvo éxito, pero tuvo el efecto deseado en el propio Chavez: fortaleció la revolución bolivariana.

 Los golpes militares y económicos, son el caballito de batalla del imperialismo yanqui, entre otros métodos para poner de rodillas a los países rebeldes a sus intereses. Algunos de ellos es utilizar chacales, economistas y políticos opositores (como en Venezuela) fogoneando la paz social a través de los mass media del imperialismo. También vía golpes de estado, presionando a las FF.AA. del país que ellos quieran atacar, comprándolos con mucho dinero o favores a la misma cúpula militar, si fuera necesario.

 Como recurso más extremo, utilizan la guerra, intervenciones militares votadas en la ONU o los "ataques preventivos" en solitario o con aliados, utilizando drones y armamento moderno para actuar con bombardeos periódicos a objetivos vitales o la mismísima población. Este tipo de ataques mafiosos del imperio pueden seguir por algún tiempo más, a menos que las izquierdas de la región tomen en serio que dichos ataques pueden hacerse fgrente en un frente político en común, como se venía haciendo con algunos gobiernos de corte popular. 

 Si prospera el ataque del enemigo del norte a nuestra castigada región, ellos podrán contrarrestar por mucho tiempo las revoluciones de los pueblos, aunque no veo que eso pueda destruirla por completo. 

¿Por que EE.UU. no tiene chances de una victoria en América Latina?

 En primer lugar, el imperio ya no está interesado en costear gobiernos títeres en América Latina por el interés de Washington y de la UE de seguir dominando la difícil región del Medio Oriente que les demanda mucha energía política solamente en ese lugar. Esto debido a la incesable presión del lobby judio (isrraeli), porque como muchos ya saben, ellos son los verdaderos dueños de la economía y la política norteamericana.

 Pero como con un ojo mira a los enemigos mortales de Israel (comprando a unos y negociando con otros, como es el caso de Irán), también ponen otro ojo en el futuro del domino global, que está en Asia.

 En segundo lugar, la derecha se resiste a la revolución de los pueblos, o sea que su visión de la historia y la política, no tiene serios objetivos en lo que concierne a su independencia del imperio, porque eso sería para ellos una contradicción, dado que trabajan para los amos que manejan el capitalismo mundial y que utilizan a diario para corrompernos día tras día. Los capitalistas más encumbrados en su pirámide esclavista no tienen mística revolucionaria ni intereses populares.

 Tercero, la derecha latinoamericana no posee ninguna seria financiación del capitalismo anglosajón, por el contrario, China y Rusia si están interesados en avanzar, financiar y posicionarse en esta región como lo vienen haciendo hace algunos años.

 La derecha internacional está muy desprestigiada en el mundo entero. El corazón mismo de la revolución socialista en el continente es imparable (como lo sostenía Chavez), y con los acontecimientos de las efímeras victorias de la derecha en Argentina y Venezuela, con los triunfos apretados de Macri y la oposición venezolana en las elecciones legislativas, tendrán una rápida resolución en favor de los pueblos y no de los mercados internacionales, que representan el bastión de la derecha en el mundo.

Ante ataques brutos y osados, decisiones igualmente osadas, pero inteligentes.

  En la situación inmediata que padece el gobierno de Venezuela, le recomendaría a Maduro que piense en un pacto social entre las distintas partes para ganar tiempo contra la pretensión político-militar estadounidense de verlo caer en funciones, y juntamente con ese pacto con el sector opositor, firmar con Rusia, - de forma inmediata -, la entrada al país de sus poderosas fuerzas armadas, interviniendo con una base militar permanente cerca de Caracas con un plazo de permanencia de unos 5 años, con posibilidad de extenderla. Este último debería ser un pacto casi de rodillas de Maduro a Putin, explicándole la problemática para la región y para sus socios (Rusia y China) de si sus pozos petrolero caen en manos del enemigo yanqui, titiritero de la oposición. Eso si Maduro realmente quiere SALVAR la revolución socialista en América Latina.

 No nos olvidemos que también contamos con la amenaza de la VI flota acechando nuestras aguas desde el año 2009, reactivada desde 1950, pocos días después de que Brasil encontrara un gran yacimiento de petroleo en el Atlántico, en la plataforma del mar brasileño.